miércoles, 5 de abril de 2017

INTERIOR

Miro desde mi interior todo mi alrededor. Y a cada paso que doy mi realidad cambia. Mi rostro siempre intenta mirar hacia adelante con una expresión similar en cada giro, en cada cambio de rumbo. Y yo siempre parezco la misma. Siempre neutral, mostrándome humilde y sincera para paradójicamente, no dar mi verdadera opinión; mi verdadera cara. Esa cara que sí cambia, que sí se queja, que sí le duele. Pero no todo es tan extremo como cuento, me relaciono finalmente con personas que pueden oírme. Que saben tocarme. Tal vez, sólo escuchan aquello que quiero contarles y sólo me tocan con la punta de los dedos. 


Mi aura esta llena de cenizas y de alcohol. Mi lucha esta llena de heridas y algunas se están abriendo pero ya no las veo. Las cadenas las llevo sueltas pero aún pesan demasiado. 





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