sábado, 24 de junio de 2017

DE QUE HABLO CUANDO HABLO DE ESCRIBIR

No puedo considerarme amante de la literatura de Haruki Murakami ya que no me he leído todos sus libros. Sin embargo, su lírica, su forma de escribir, en definitiva; se asemeja a mis pensamientos, a mis reminiscencias y a mi forma de ser. Además, cuando lees un ensayo donde el escritor te demuestra como es el personalmente, y además quieres tener su número de teléfono, sabes que todos sus libros están en sintonía contigo. Y con Haruki Murakami me ha pasado exactamente eso. 


v De que hablo cuando hablo de escribir

Éste, es el segundo ensayo que escribe Haruki Murakami. El libro lo acabó de escribir en Junio del 2015 y consta de 11 capítulos. En primer lugar, decir que no es un libro práctico. Es decir, no es un libro con un esquema o con un protocolo sobre como escribir. Tampoco es un libro con ideas claras sobre como escribir para conseguir publicar un best seller
De que hablo cuando hablo de escribir es un ensayo más bien existencialista. No se diferencia demasiado de las novelas de ficción que él mismo publica ya que son una mezcla de espontaneidad, reflexión e individualidad.
Tampoco creo que sea únicamente un ensayo sobre el acto de escribir, más bien es una autobiografía. No obstante, gran parte de su vida ha sido la de escribir y es por ello que ahonda sobre temas como los escritores, la libertad en las manifestaciones artísticas, la individualidad, los premios literarios, la formación escolar y las publicaciones en el extranjero.


v Su particular visión sobre los escritores

La clásica visión sobre la vida de un escritor de éxito ha sido idealizada por muchos. La típica escena del escritor a ratos amante de muchas mujeres, y a ratos, un borracho empedernido es fácil pero, en ocasiones cierta. Hay muchos ejemplos de ello: Charles Bukowski (inspirado en Californication por el personaje Hank Moody), Ernest Hemingway, Lord Byron, Charles Dickens, etc. 
Sin embargo, no todos los tópicos reflejan la realidad existente de la mayoría de escritores. Haruki Murakami da con su ejemplo de un hombre obstinado, sano, deportista y espiritual. Da mucha importancia al cuidado del físico como herramienta indispensable para el desarrollo creativo:


"Mantener semejante empeño en el tiempo termina irremediablemente por poner en cuestión nuestra fortuna de entender la vida. Me parece que antes de nada hay que vivir plenamente. Mi idea de lo que significa vivir plenamente tiene que ver con restablecer y cuidar el cuerpo, que es la estructura física que guarda nuestro espíritu, y avanzar firmemente con él hacia delante, paso a paso."

Hay otro punto de vista, innovador y tal vez en antítesis a lo establecido. Haruki Murakami define al escritor de largo recorrido (aquel que lleva muchos años publicando) una persona no demasiado inteligente:

"Escribir una novela no es tan difícil. Tampoco escribir una buena novela. No digo que sea fácil, pero, desde luego, no es algo imposible. Sin embargo, hacerlo durante mucho tiempo, sí."

A través de este argumento defiende y da a conocer algunos trucos o fundamentos para los jóvenes escritores. Es por ello que el manifiesta y cree que es necesario leer mucho desde bien pequeño y sobretodo, observar aquello que nos atrae desde el más mínimo detalle. 

v Referencias en el libro

Y como punto y final, y para no mostrar demasiado contenido del libro, aquí diferentes extractos de él:


 "Nunca he participado como jurado en ningún premio literario. En alguna ocasión me lo han pedido, pero siempre he declinado la invitación con el argumento de que no me sentía capaz. Honestamente, no me considero capacitado para semejante tarea. 
La razón es muy simple. Soy demasiado individualista. Tengo una visión propia de las cosas y una forma también propia de concretar esa visión. Para mantener ese proceso en activo no me queda más remedio que preservar mi individualidad en todos los aspectos de la vida. De lo contrario, sería incapaz de escribir."

"Pertenezco a una generación que vivió las explosiones de rebeldía de finales de los sesenta, por lo que mi conciencia era lo suficientemente fuerte para dejarme encorsetar en un determinado traje. Pero antes de nada y por encima de cualquier otra cosa, como individuo que expresaba algo quería ser individualmente libre. Escribir a mi manera, escribir lo que me apeteciera y hacerlo en función de un plan confeccionado a mi manera. Ese era, a mi modo de ver, el umbral mínimo de libertad que podía exigir un escritor."

"Creo, por otra parte, que en el hecho de escribir se oculta una intención de curación de mí mismo. Cualquier acto de creación tiene, en mayor o menor medida, esa intención de añadir algo personal, de corregirse a uno mismo. Uno se relativiza, es decir, manifiesta una vertiente espiritual de sí mismo de forma distinta a la que existe en realidad y de esa manera se pueden diluir (o sublimar) los desacuerdos, las discrepancias o las contradicciones que se producen, inevitablemente, en el transcurso de la vida. Si ese proceso lleva a un buen resultado, se puede compartir con los lectores."

v Crítica literaria

"Haruki Murakami no nos da la llave para escribir. Nos da los ingredientes y la receta para poder obtener originalidad, libertad e identidad en el acto de escribir. Además, reflexiona sobre temas triviales para todo escritor como la inspiración, sus lectores, la individualidad física y espiritual y sobretodo, la libertad. Creo que sería necesario leer este libro antes de llevar a cabo cualquier proyecto artístico. Sencillamente inspirador y sincero. Se ha convertido en mi libro de cabecera."

lunes, 5 de junio de 2017

EFÍMERO

No tengo porque adaptarme a una situación sólo porque esta presente, porque es el estilo de vida. Incluso sólo porque algunos dicen que es mi momento para hacerlo.
Para hacerlo o para sin darte cuenta, no hacer nada. Sentir sin que se note, tocar sólo de puntillas y en contraposición, mostrar para todo el mundo.
El mundo existe sólo porque haces multitud de tareas y el resto, te sigue. Si el resto del mundo no te sigue parece que hayas perdido un sentido más; que no estés en la otra dimensión.

La otra dimensión no puede palparse, es tan efímera... Todo se borra pero en cambio, todo esta en una especie de nube que te protege del incendio.

Me encantaría prenderme fuego y simplemente ver que ocurre. Ver como me degrado, como me aíslan, como me siento cada vez más huérfana y más marginada. Pero libre, ¿no? Quizás más tolerante y menos joven, pero más auténtica. Podría mirar desde dentro cosas que ahora mismo sólo miro desde una burbuja con marca de red social.